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lunes, 11 de julio de 2011

PREDICCIONES

Por Pr. Oséas Macedo de Paula
El hombre siempre tuvo la curiosidad de saber el futuro. El principal motivo para temer la muerte está en el hecho de no saber lo que viene después de ella. Por eso, al largo de los siglos, el hombre viene intentando prever el futuro de los acontecimientos. Algunos se quedaron famosos como Nostradamus, otros permanecieron en el anonimato.
Los métodos para prever el futuro son los más diversos: desde la forma en que cae una saeta lanzada hasta las cartas lanzadas aleatoriamente sobre una superficie plana. Otros optaran por prever el futuro y el destino de los hombres a través de la observación de los astros en el momento de sus nacimientos, surgiendo de ahí la astrología.

Algunas religiones surgieron a través de previsiones como es el caso del adventismo del séptimo día. Últimamente, en el medio evangélico, hay surgido algunos "profetas" que intentan prever la vuelta de Jesús y, consecuentemente, el fin del mundo, como el Rev. Harold Camping que previó que Cristo voltaria en el 21 de mayo de 2011.
Todos que intentan prever la vuelta del Mesías menosprecian lo que Jesús habló: "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre." (Mt 24:36). Después que los arqueólogos descifraron el calendario Maya, muchos están previendo el fin del mundo para 2012. Sin embargo, ninguna de estas previsiones se han cumplido y tampoco se cumplirá.
En vez de quedarnos procurando saber la fecha de la vuelta de Cristo, y del fin del mundo, debemos atender su orientación de vigilar (Mt 24:42) y estar preparados (Mt 24:44) pues Cristo vendrá en una hora que no pensamos.
San Pedro nos advierte diciendo que Cristo vendrá como ladrón, por eso debemos estar viviendo una vida santa e irreprochable (2 Pe 3:10,11).
En la realidad el Señor quiere que nos ocupemos de vivir una vida que venga glorificar Su nombre. Debemos vivir para el Reino de Dios, en pro de la evangelización mundial y del buen testimonio, en cuanto aguardamos su venida (Tt 2:13).
Vamos dejar estas previsiones falsas de lado y vamos nos concentrar en lo que es verdadero y cierto: ¡Cristo vendrá! ¿Cuándo? ¡No sabemos! En cuanto esperamos, vamos trabajar para El y glorificar Su santo nombre, atentos para que, cuando venga, estemos preparados y con las manos llenas de buenas obras.

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